Se reunieron un día las zorras a orillas del río Meandro con el fin de
calmar su sed; pero el río estaba muy turbulento, y aunque se
estimulaban unas a otras, ninguna se atrevía a ingresar al río de
primera.
Al fin una de ellas habló, y queriendo humillar a las demás, se burlaba
de su cobardía presumiendo ser ella la más valiente. Así que saltó al
agua atrevida e imprudentemente. Pero la fuerte corriente la arrastró
al centro del río, y las compañeras, siguiéndola desde la orilla le
gritaban: "¡No nos dejes compañera, vuelve y dinos cómo podremos beber
agua sin peligro!"
Pero la imprudente, arrastrada sin remedio alguno, y tratando de
ocultar su cercana muerte, contestó: "Ahora llevo un mensaje para
Mileto; cuando vuelva les enseñaré cómo pueden hacerlo".
Por lo general, los fanfarrones siempre están al alcance del peligro
Queridos Hermanos:
La fábula de hoy ilustra dos tonterías que muchos solemos cometer con
algo de regularidad. Por un lado, pretendemos saber más de lo que
sabemos lo que bien pudiera llevarnos a fracasos momentáneos en la vida
al no buscar la obvia ayuda que necesitamos en nuestra ignorancia o
falta de habilidad. La segunda tontería es no saber reconocer el error
de nuestros caminos y enmendarlo... lo que nos condena a seguir de
tumbo en tumbo, sin poder aprender de los desaciertos cometidos.
Aprendamos a no cometer ambas... si cometemos la primera, al menos
sepamos que no tenemos que cometer la segunda. De esa manera,
evitaremos el desenlace trágico de la zorra de la fábula. Adelante y
que el Señor les bendiga.
Raúl
Eclesiastés 1:14
14 Miré todas las obras que se hacen debajo del
,
y vi que todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.
Proverbios 27:1
1 No te jactes del día de mañana
porque no sabes qué dará de sí el día.