Reflexiones - Desde Una Silla de Ruedas
Octubre 28, 2009Una mujer llamada Nancy puso el siguiente anuncio en su periódico
local: Si se siente solo o tienen algún problema, llámeme. Yo estoy en
una silla de ruedas y raras veces salgo. Podemos compartir nuestros
problemas mutuamente. Sólo tiene que llamarme. Me encantaría conversar.
La respuesta a ese anuncio fue sorprendente: 30 llamadas o más por semana.
¿Qué motivó a esta mujer a querer llegar a los demás desde su silla de ruedas para ayudar a los necesitados?
Nancy explicó que antes de su parálisis había disfrutado de perfecta
salud, pero se encontraba muy desesperada. Trató de suicidarse saltando
desde la ventana de su apartamento, pero la caída la dejó paralítica de
la cintura para abajo.
En el hospital, totalmente frustrada, percibió que Jesús le decía:
Nancy, has tenido un cuerpo sano, pero el alma lisiada. Como resultado
de esa experiencia entregó su vida a Cristo. Cuando finalmente le
permitieron volver a la casa oró para encontrar una manera de compartir
la gracias de Dios con los demás. por limitados que estemos por una
enfermedad, ancianidad o incapacidad, aún podemos orar, lanar o
escribir. Cualquiera que sea nuestra condición podemos ser testigos
eficaces de Cristo.
Mateo 20:28
...el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir...