La preocupación hace que uno se olvide de quién es el
que manda.
Y cuando te enfocas a ti mismo... te preocupas.
Te pones ansioso por muchas cosas.
Te preocupas porque tus compañeros de trabajo no te
aprecian, tus líderes te hacen trabajar en exceso, tu superintendente no
te comprende, o tu congregación no te apoya.
Con el paso del tiempo tu agenda llega a ser más
importante que la de Dios.
Estás más preocupado en presentarte a ti mismo que en
agradarle a Él.
Y puede que cuando vengas a ver estés dudando del
discernimiento de Dios.
Dios te ha bendecido con
. Ha hecho lo mismo con tu prójimo.
Si te preocupas por los talentos de tu prójimo,
descuidarás los tuyos. Pero si te preocupas por los tuyos, podrás ser de
inspiración para ambos.
Lucado, M., & Gibbs, T. A. (2001). Promesas
inspiradoras de Dios (Page 57). Nashville, TN: Caribe-Betania Editores.
Preocuparse significa ocuparse antes de tiempo.
Entonces lo mejor es que hoy descanses en la manos de aquel quien tiene
control de todo en tu vida. Asegúrate, de que El realmente está en
control de todo.
1 Pedro 5.7
Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de
vosotros.
Juan 14.1
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.