¡Ocupado, tan ocupado! Ya ha pasado mucho tiempo desde la puesta del
y aún hay tanto por hacer. Trabajo, familia, iglesia y muchas cosas
más, parecen demandar horas, que Dios nunca colocó en el día. Aun así,
nosotros los cristianos pensamos que de alguna forma, todos estos
logros serán del agrado de nuestro Padre celestial. Después de todo,
la fe sin obras es muerta. ¿Cierto?
Al caer por fin sobre nuestras camas en la noche, ¿podemos decir que
ene realidad hemos pasado algún tiempo con el Padre, que con tantos
esfuerzos intentamos complacer?
En su libro Unto the Hill (Hacia los montes) , Billy Graham, relata
la historia de una pequeña niña y su padre, quienes eran grandes amigos
y disfrutaban el tiempo que pasaban juntos. Salían a caminar y
compartían la pasión de observar pajaritos, mientras se deleitaban en
el cambio de las estaciones y en la experiencia de conocer nuevas
personas que se cruzaban en el camino.
Un día, el padre notó un cambio en su hija. Si él salía a caminar,
ella se excusaba para no ir. Reconociendo que la chica estaba
creciendo, él supuso que era de esperarse que ella perdiera interés en
su padre al ir conociendo nuevos amigos. No obstante, su audiencia lo
afligió en gran medida.
Debido a la ausencia de su hija, él no se encontraba de muy buen
ánimo durante su cumpleaños. Ella le obsequió un par de sandalias
elaboradas con exquesitez por ella misma, mientras él daba sus
caminatas fuera de la casa.
Por fin, él pudo entender y dijo: Querida mía, me gustan muchas las
sandalias, pero en la próxima ocasión cómpralas, y permíteme compartir
contigo todos los días. Prefiero tener a mi hija, que cualquier cosa
que ella haga para mí.
¿Será posible que nuestro Padre celestial a veces se sienta solo por
la falta de compañía de sus hijos? ¿Estamos tan ocupados haciendo lo
bueno, que olvidamos, o estamos demasiados agotados, para dedicar
tiempo a solas con Él, en el transcurso de nuestro día?
Al ponerse el
, sal a caminar con tu Padre celestial. Dedica un
tiempo de calidad a hablar con Él sobre cualquier cosa. No excluyas
ningún aspecto en esa comunicación. ¡Experimentarás dicha, y Él
también!
Renuevo de Plenitud